domingo, 22 de noviembre de 2009

Maduras que enloquecen


Soy un hombre de 30 años, estoy saliendo con una mujer de 45 años (…) y siento que estoy viviendo la mejor relación de mi vida, pero en algunas ocasiones en las que he tenido sexo con ella, he presentado episodios de eyaculación precoz



EL CASO
“Le consulto porque soy un asiduo lector de su página, la cual me parece muy instructiva para las parejas. Soy un hombre de 30 años y estoy saliendo con una mujer de 45 años, que tiene dos hijos y es divorciada. Ya tenemos como cinco meses juntos y siento que estoy viviendo la mejor relación de mi vida, algo que jamás experimenté con mujeres menores que yo. Sin embargo, en algunas ocasiones en las que he tenido sexo con ella, he presentado episodios de eyaculación precoz. Eso me avergüenza mucho, pero ella me aconseja que me quede tranquilo. Luego que pasa todo y me calmo, el acto sexual es normal. Me parece que esto me ocurre porque la deseo muchísimo, de hecho, cuando transcurre más de una semana sin tener sexo con ella, me pongo muy inquieto y cuando estamos juntos me vuelvo como loco, es allí cuando eyaculo antes de tiempo. Pero ella es lo máximo, de hecho después que me calma, me hace de todo, es muy fogosa en la cama, de verdad que es lo mejor.
A pesar de lo anterior que le explico, a veces siento que no me quiere en la misma magnitud que yo a ella. Siento que la amo cada día más y aunque ella conmigo es tierna y cariñosa, me parece que no se entrega igual que yo. Además, cada vez que le digo para salir con mis amigos me evade y casi no vamos a sitios públicos porque ella dice que no le gustan. Eso también me causa preocupación porque no quisiera que me dejara nunca, pero tengo la idea que ella no me ve a futuro Lo que quisiera saber es qué debo hacer para no eyacular tan rápido, eso me da demasiada pena, y saber qué recomendación puede darme para lograr que ella me ame de la misma manera que yo a ella".
Armando Martínez, 30 años, Caracas.

LA RESPUESTA
Más allá de cómo termine todo, lo mejor que te ha pasado en tus 30 años de existencia es tener como pareja a una mujer mucho mayor que tú. Eso no lo dudes nunca. Son las mejores amantes, qué duda cabe, dada su experiencia, aguda visión de las cosas y sublime feminidad. Deslumbran donde estén: Un ascensor, el trabajo, la universidad, el gimnasio o en una cama. Ellas son lo máximo.

Son las mejores amantes, qué duda cabe, dada su experiencia, aguda visión de las cosas y sublime feminidad. Deslumbran donde estén: Un ascensor, el trabajo, la universidad, el gimnasio o en una cama. Ellas son lo máximo



Saber qué te pasa
Dado que tus episodios de eyaculación rápida no son constantes sino eventuales, la explicación más lógica tiene que ver con que te dejas arrastrar por las aguas de la ansiedad cuando llevas una semana o más sin verla.
Y es que cuando eyaculas involuntariamente, tú cuerpo puede estar manifestando una respuesta de miedo a no corresponderle apropiadamente en la cama. También puede ocurrir que cuando deseas mucho a esa mujer se generan tales niveles de ansiedad que no puedes controlar tu cuerpo. Es entonces cuando las ganas de amarla con toda lujuria se desbordan a tal punto, que entre otras consecuencias –sudor, latidos acelerados, jadeos, pulso tembloroso- eyaculas “sin querer queriendo”.
No obstante, deberías agregar a las posibles causas de lo que te ocurre, el temor o incertidumbre que sientes al no ver un futuro al lado de ella. Pero, la cantidad de factores que te están produciendo ese stress puede ser múltiple. Lo lógico es que intentes saber qué es lo que realmente temes, para entonces abordar la solución de la situación que atraviesas.

Calmando tus ansias


Cuando te digo que las mujeres maduras son las mejores, tu pareja así lo demuestra. Fíjate que ella te calma y refieres que después del episodio que te avergüenza, “el acto sexual es normal”. Ella sabe qué te pasa y sabe cómo actuar en esa situación. Pero es necesario que tú aprendas a dominarte. De verdad no es fácil, sobre todo cuando uno está enloquecido por esa mujer, pero debes entender que si no es posible tener un encuentro sexual cuando tú quieres, ello no es el fin del mundo. Más bien piensa que estás guardando lo mejor de ti para cuando se dé el momento del desenfreno en la cama.
Ella, conociendo toda la pasión que le generas, que te tiene “mal”, actúa de forma constructiva para que ambos logren el placer. Y en todo caso esa es la idea cuando estás en la cama con una mujer, sobre todo si la amas: Gozar el momento, no pensar ni en el tiempo ni en el espacio, sumergirse en el mar de éxtasis que ella puede dar.

Ponte en sus zapatos


Más allá de que mujeres maduras se sientan atraídas por hombres menores que ellas, hay algunas que por crianza, miedo “al qué dirán”, temor a lo que pensará su familia, creer que alguien podría burlarse de ellas “por andar con un chamo”, se abstienen de presentarse en público con sus jóvenes parejas. A pesar de los tiempos que corren -del Twitter, el Facebook, el Blackberry y los “Bastardos sin gloria” de Quentin Tarantino-, ciertos cánones sociales se imponen sobre la felicidad a la que todos tenemos derecho.
Si ese es tu caso, deberías entender lo que le ocurre y no sentirte mal o despreciado por ella. Sobre si tu la quieres más o ella menos a ti, eso no lo sabes y es hasta inútil ponerse dramático por eso… aún no se han inventado los “amorómetros” para determinar de qué tamaño es el amor. Sin embargo debes reflexionar en lo siguiente: Si ella te aceptó como pareja y tienen sexo regularmente contigo… ¿no te parece una sublime muestra de amor? Debes suponer que si ella tiene dos hijos y es divorciada, en su agenda de vida tiene prioridades que debe atender. Y no se trata de que tú seas o no importante para ella. Se requiere que tengas madurez para entenderla.

Sin almanaques
Este tipo de relaciones no suelen prolongarse en el tiempo. Obviamente que existen seres excepcionales que mandaron al carajo factores cronológicos y sociales que suelen incidir en el ocaso de estas parejas. Y se dedicaron y se dedican a amarse. Al final del cuento, de eso trata: De ser felices, sin edades que limiten ni restricciones “morales” que lo impidan. Total, como dice Juanes, “La vida es un ratico” y mientras dure esa relación hay que disfrutarla al máximo, sin mirar el retrovisor del pasado ni temerle a la curva que se avecina en el camino. La felicidad, así sea por un instante, no sabe de almanaques.




Richard Sanz / drsexo@diariolavoz.net
https://twitter.com/HablaelDrSexo

No hay comentarios:

Publicar un comentario