domingo, 22 de noviembre de 2009

Frígida y no lubrica





*** No me excitaba, él iba a lo que iba sin importarle lo que yo quería. Abría las piernas, él jadeaba un rato sobre mí y después que se satisfacía se daba la espalda. Ese ritual del suplicio se repetía entre una y dos veces por semana... Muchas veces, más que amada, me sentí violada



EL CASO
De ella me enloquecen su pálida tez y su olor a hierba fresca. La visión interracial frente a un espejo es particularmente excitante. Pero ya no sé cómo estimularla. En verdad que me he esmerado las tres veces que hemos salido para hacerla llegar al clímax, pero nada: Me devoro a besos todo su cuerpo, desde la punta del cabello hasta la planta de sus pies. Intento masturbarla, acariciarla en sus zonas erógenas, sin resultado alguno. Ella me frena, dice que no le gusta. Y cuando quiero penetrarla, no lubrica. Es una situación incómoda, porque no concibo llegar al éxtasis sin que mi pareja logre el orgasmo.
Lo paradójico es que cuando nos besamos, parecemos estar en un mar adentro del cual no provoca salir. Pero en la cama no funcionamos. No sé si soy yo, pero es primera vez que me pasa. La tercera vez que estuvimos en el hotel, fingió un orgasmo. Creo que lo hizo para no hacerme sentir mal, pero es tan pésima actriz, que me di cuenta de su farsa.
A sus 42 años, lucía rubia y espléndida. Tenía 7 meses separada del marido y vivía con su madre. Recuerdo que “una tarde plomiza de abril” –como en la Penélope de Serrat-, hablábamos en un café de La Carlota y entre dos capuchinos e infinitos cigarros, me convertí en su confesor: Lucía me contó de su infelicidad al lado del hombre con el que vivió 22 años y le dio un hijo que hoy tiene 12 años.
“Con Carlos, siempre fingí mis orgasmos. Más que un placer, el sexo con Carlos se convirtió en una tortura. Sus caricias eran toscas y ásperas. Lo peor es que tenía que decirle que me parecía ‘rico’ para no hacerlo sentir mal... No me excitaba, él iba a lo que iba sin importarle lo que yo quería. Abría las piernas, él jadeaba un rato sobre mí y después que se satisfacía se daba la espalda. No había siquiera un beso. Ese ritual del suplicio se repetía entre una y dos veces por semana... Muchas veces, más que amada, me sentí violada”.
Así como hay mujeres que se acostumbran a los golpes de sus maridos, ella se habituó a no ser feliz. Creía que esa frustración era “normal” en el matrimonio.
Pero a Lucía le llegó el día de encarar sus demonios. Ahogada de tanto fracaso conyugal, decidió enterrar de una vez y para siempre la carta de la frustración. El anhelo de ser una mujer plena rompió el yugo. Recaló en la casa de la “gallega”, su madre, quien siempre le dijo que había que “calarse un marido” a pesar dé… Pero no. Ella tenía sed de amar y ser amada. Sin embargo, apareció aquello del querer y no poder: Más de dos décadas de anhelos desgajados y abriles robados –cantaría Sabina-, no podían ser enviados sin traumas al cajón del olvido. Lucía es frígida y no lubrica.






LA RESPUESTA


Obviamente que la orientación de un especialista es indispensable en este tipo de casos, sin embargo, si en verdad quieres hacerla feliz, por algo debes empezar.
Para tener una sana relación con tu pareja, la primera recomendación es entender que el problema que ella presenta está relacionado con lo psicológico, al sufrir de una evidente incapacidad de responder de forma adecuada al momento de estar en una relación sexual. Ello se manifiesta en la imposibilidad de llegar al clímax en el acto sexual.
El hecho de que tampoco lubrique está estrechamente ligado a lo anteriormente expuesto, ya que al no lograrse la excitación, las paredes vaginales no segregarán el líquido que facilita la penetración.
En apenas tres salidas no podrás solucionar un trauma de alcoba que duró 22 años. Por lo que relata, ella nunca ha sabido lo que es un orgasmo. En ello es muy probable que haya influido, además de un marido que no sabía cómo tratar a una mujer en la cama, una crianza conservadora, con un esquema moral que le impide disfrutar plenamente de su sexualidad.
El hombre es el protagonista de esta historia… ¿En qué sentido?: Deberás proveerte de mares de comprensión, armarte de mucha paciencia, infinita ternura y toneladas de voluntad para no desmayar en el intento de hacer que esa mujer sea feliz entre sábanas.
Igualmente, la palabra diálogo es clave: Tendrás que conocer sobre lo que la atemoriza o acompleja, para demostrarle que esos demonios no existen, que sólo habitan en su mente.
No la presiones ni te muestres ansioso cuando estén en pleno acto sexual. Imagina que ella es una selva inexpugnable que debes explorar en cada paso. Así conocerás cada palmo de su cuerpo y podrás saber qué respuestas da a tus estímulos. Los besos y las caricias son gratis, no te las ahorres para mañana.



CONSULTA A UN ESPECIALISTA SI...

Si presentas un dolor en el pene que persiste por más de 4 horas, es urgente buscar atención especializada, dado que es importante que se determine de forma inmediata qué está causando ese malestar



MITO SEXUAL

¿Masturbarse produce acné o crecimiento de vello en las palmas de las manos?

Totalmente falso. El acné puede producirse por una mala alimentación u otro tipo de problemas, pero jamás por masturbarse. La autoexcitación es una manera de disfrutar y explorar nuestra sexualidad

Richard Sanz / drsexo@diariolavoz.net
https://twitter.com/HablaelDrSexo

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