domingo, 22 de noviembre de 2009

COMPLÁCELA EN TODO

“Después que ella alcanza el orgasmo, no quiere que yo la penetre, me deja ‘a la mitad’, por lo que no puedo eyacular en su vagina y tengo que terminar el acto sexual masturbándome”


EL CASO
“Tengo un serio problema con mi pareja, que está acabando mi vida con ella, y si no logro solucionarlo, creo que tendré que dejarla, aunque no quisiera porque la adoro: Ella tiene 32 años y yo 29, el asunto es que después que ella alcanza el orgasmo, no quiere que yo la penetre, me deja “a la mitad”, por lo que no puedo eyacular en su vagina y tengo que terminar el acto sexual masturbándome para poder quedar satisfecho. Creo que ella es egoísta, que piensa sólo en su orgasmo y no en el mío. Le he preguntado porqué siempre me hace lo mismo y me responde que simplemente no le provoca seguir teniendo sexo después que se satisface. Le he planteado que debemos buscar ayuda profesional pero ella no quiere.

¿Qué debo hacer? No deseo dejarla porque me siento bien con ella en casi todo, menos cuando tenemos sexo. Me tiene frustrado. Ayúdeme por favor.

Ronald Castillo, Caracas”.


LA RESPUESTA
Es importante que entiendas que no todas las mujeres tienen el mismo comportamiento en la cama, por lo que debes ser paciente con ellas para aprender a conocerlas y saber qué estrategia aplicar durante el acto sexual.

Unas se derriten con la ternura, otras se siente fascinadas cuando le das uno que otro latigazo o las encadenas al estilo sadomasoquista, a algunas les encanta el riesgo y les gusta tener un coito en la escalera del edificio o en la oficina… en fin, hay de todo, sin que ello implique alguna situación irregular, es todo lo contrario, son mujeres que se sienten plenamente seguras de su sexualidad.

Pero no todas están dotadas de esa fortaleza, por lo que debes esmerarte para entender a tu pareja cuando tenga algún problema entre las sábanas. Más que en su verdugo, debes convertirte en su mejor regazo.


Pudiera estar pasando que ella quiera disfrutar la sensación post-clímax, ese instante en el que aún están los cuerpos sudorosos y jadeantes, sin fuerzas, pero con la satisfacción dibujada en el rostro


Las hipótesis

Probablemente, lo que pueda estar ocurriendo con tu pareja, es que su vagina queda muy sensible después de alcanzar el clímax, por lo que no puede seguir con el acto sexual hasta que tú logres la eyaculación. Ello no implica alguna actitud egoísta de su parte, sino que simplemente ella no se siente físicamente dispuesta a continuar con el coito.

No descartes, igualmente, que ella padezca de algún episodio de vaginismo, que como lo definen los expertos, es la contracción de los músculos de la vagina que impide la realización del acto sexual. Este tipo de disfunción está generalmente más asociada a factores psicológicos que físicos, dependiendo el éxito de la terapia que considere el experto tratante, en la contribución que ambos harán en la solución del problema.

También pudiera estar pasando que ella queda tan plena cuando alcanza el clímax, que lo único que desea es llegar a una etapa de relajación en la que no concibe seguir con el acto sexual. Lo que quiere es disfrutar la sensación post-orgasmo, que tanto para ellas como para nosotros es absolutamente sublime. Es ese el instante en el que aún están los cuerpos sudorosos y jadeantes, sin fuerzas pero con la satisfacción dibujada en el rostro.

En definitiva, sea por alguna de las tres circunstancias planteadas, es importante que ella acceda a la sugerencia que le das de ir a un especialista, para que se logre determinar exactamente qué le pasa y les dé la orientación necesaria para superar ese obstáculo que está poniendo en riesgo tu relación.


Terapia casi infalible

Mientras ella se decide a ir al sexólogo, en tu próxima cita entre sábanas debes tomar en cuenta una cosa: Mientras más la satisfaces a ella, más lo haces tú. Partiendo de esa premisa, lo primero que deberías hacer es prolongar sustancialmente el tiempo de estimulación previo al coito. Sus senos son manjares que debes saborear hasta más allá de la gula. Sus pies, sus piernas, sus caderas, su espalda, toda ella es un mar del cual no puedes ni debes salir. Sumérgete en ella, disfrútala que ella también lo hará, puedes jurarlo.

Cuando llegues a su vagina y a su clítoris, no pares de estimularla oralmente. Ya en el punto de excitación en el que ella te pide que la penetres, no lo hagas aún. Prolonga esa sensación de placer lo más que puedas. Y cuando sientas que por esa vía está a punto de lograr el orgasmo, es que deberías introducir tu pene en su vagina. La variación de ritmos y posiciones harán el resto.

También intenta salir de la rutina sexual, juguetear más con ella en un jacuzzi, rociar alguna bebida sobre todo su cuerpo, en fin, existe una gama infinita de opciones que pueden servirte para excitarla apropiadamente y hacer que ella desee que la penetres un tiempo tan prolongado que te permite eyacular. No obstante, no debes desestimar que ella te masturbe o te haga sexo oral -práctica absolutamente placentera para nosotros- para conseguir tu satisfacción.

Después mandas un mail contando cómo cambió tu vida sexual con ella.



ACUDE A UN ESPECIALISTA SI...

Si tienes problemas para eyacular, ya sea porque ocurra de forma retardada o no se produzca, pudieras estar padeciendo un episodio de aneyaculación, disfunsión que está asociada a la ingesta de drogas o fármacos, así como a causas psicológicas


MITO SEXUAL
”En la medida que el hombre va cumpliendo años, va perdiendo su deseo sexual”

Es falso, al igual que las mujeres en su etapa menopáusica, los hombres no necesariamente pierden el deseo sexual en la medida que cumplen años. En todo caso, otras ocupaciones y preocupaciones llegan a su existencia, por lo que probablemente el sexo no tenga en su vida la prioridad que tenía cuando contaba con 20 años



Richard Sanz / drsexo@diariolavoz.net

https://twitter.com/HablaelDrSexo



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